jueves, 22 de diciembre de 2011

Dejese de niñerias. Hable.

"Las palabras están subvaloradas. Se supone que una simple imagen dice más que mil de ellas y que, además, se las lleva cualquier ráfaga mediocre."


Existe un común acuerdo, y ese es que uno no debe decir cosas si no las siente y que, por lo general, se debe abstener de hacer promesas y más bien debe actuar de acuerdo con lo que siente. 
Pero desde hace un tiempo me he dado cuenta de la importancia de decir las cosas en dos tipos de situación:


 Situación #1

La positiva


Hace un tiempo salí con un tipo que me gustaba mucho; era de esos que sirven para hablar y para darle besos. 
Luego de salir por unos meses la cosa se acabó y, como todos, se volvió un buen amigo. 

Meses después de haber terminado nuestro cuento, caí en cuenta de algo: que nunca le dije que me gustaba. 

O sea, nos conocimos, empezamos a hablar, nos gustamos, nos dimos besos, salimos, terminamos. 
Pero en todo ese trayecto las palabras “me gustas” nunca salieron de mi boca.

Yo no lo decia porque YO creía que era obvio que le gustaba porque… pues… se me notaba, me ponia nerviosa con el y ansiaba a los viernes, no sé, habia algo. Pues como dije el cuento acabo y después de seis meses hablé con él sobre eso un día y me dijo que no. Que no era obvio, que durante esos meses creyó que estaba saliendo con él porque sí, como capricho. Como para olvidar. 

Ahí me di cuenta: Hay que decir las cosas. 

Así como a mí me gustaba que él me dijera las razones por las que yo le gustaba, lo normal habría sido que yo se lo dijera. 

Pero no lo hice, y no porque me abstuviera de hacerlo ni porque me diera miedo, sencillamente no se me ocurría.

Obviamente no defiendo la situaciones extremas en las que se han metido amigas mías "Él me dice que me ama pero me trata peor que a la señora que vende tortas de tamal en la esquina"  o amigos míos “La pinche vieja aparece cada dos meses, me da besos, me dice que me extraña y que me ama pero luego vuelve a desaparecer”

No estoy abogando por el uso de las palabras porque sí, como para sacar provecho de ellas. 

Lo que stoy es defendiendo es el uso de las palabras como un refuerzo de las situaciones: 
como una exteriorización de lo que se está pensando —porque generalmente la gente no tiene ni puta idea de lo que uno está pensando.

Niéguenmelo.
Situación #2


La negativa


En esta sí soy una cabrona, en esta me emperro... Pero mucha gente que conozco no. 

He sido testigo de esta situación: a un amigo le gusta una tipa, hablan, empiezan a salir, salen más, salen otro poquito más y después, por razones que varían en cada caso, él ya no quiere salir más con ella. 

En esos casos mis amigos siempre me dicen “Bueno, ¿Qué hago? Dejo de llamarla y me voy desapareciendo de a poquitos? O, ¿Cómo?” Y mi respuesta siempre es un “NO” gritado y acompañado de un regaño.

Cuando les pregunto, las razones por las que se van desaparenciendo de a poquitos pueden ser dos:

1) Por cobardía: siempre será incómodo terminarle a alguien. Y es preferible evitar las confrontaciones, sobre todo cuando ya han tenido encuentros con mujeres que les lloran o les hacen show.

Y yo les dido: "No sean nenas. La probabilidad de que les lloren o les partan la madre con su tacón mientras lloran y gritan es muy baja."

Ahí es que entra a jugar el segundo punto:

2) Por ser “Queridos”: así no tengan pruebas, siempre van a creer que las mujeres van a reaccionar mal a esas terminadas y, entonces,  en sus cabezas la forma más dulce, caballerosa y poco hiriente de sentimientos es ir cambiando sutilmente para que ellas se den cuenta solas de que todo cambió.Que consté que escribi "En sus cabezas" Porque ahi y solo ahi eso esta bien echo. 

Pues no. Eso está mal hecho. Pésimamente hecho. 

No soporto ver a mis amigas desesperadas por la incertidumbre de no saber qué es lo que le pasa al tipo que les gusta, y no poder decirles "No, no llores por él" Siendo que yo támbien he chillado como cerdo por alguien mas. Y tampoco soporto ver a mis amigos convertidos en cobardes que no son capaces de decir lo que piensan.

Y si. Yo probablemente, muy probablemente, soy una cobarde también a mi manera.Pero a eso me refiero: todos deberíamos salir ya de nuestras zonas de comodidad y empezar a decir lo que pensamos y sentimos cuando toca.

1 comentario:

  1. Todas las personas son cobardes[me incluyo] a su modo pero tu forma de verlo así es brillante, el simple hecho de cortar una relación o la duda de lo que quiere el ser amado por así decirlo es tedioso armando posibles escenarios que al final nunca usamos.
    Las palabras aveces son tan frágiles como los sentimientos que tiene una persona por otra que dice amar.
    Me gusto mucho Andrea :3

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