Para perdonar, no se trata de hacer borrón y cuenta nueva. Si no de arrancar la hoja y romper la en pedazos. Verla destruida es lo único que puede traernos alivio; decir "Ya paso" es más reconfortante que decir "Ya lo olvidé".
Y sí, con esto me doy cuenta de que es cierto; nunca jamás se olvida del todo.
Y sí, el olvido sin perdón jamás se olvida, si no también es una mentira que decimos espontáneamente por que sí, pero tampoco sirve llenar la mente con tristes o malos recuerdos, que lo único que hacen es amargarnos más la vida,
Porque todos creemos que con la inocente intención de olvidar todo marchará bien. Pero no. Hay que recordar siempre que hay una paradoja, que se vuelve maldición: “No podemos desechar el pasado y por lo tanto el futuro no es un papel en blanco”
Debemos de estar conscientes de que podemos no ver hacia átras. Pero si hacemos eso nos volveremos enemigos de nosotros mismos.
No podemos renunciar a las ruinas que vamos dejando. Y no debemos de sorprendernos porque el futuro no se plantee como una novedad brillante y reluciente. Como un hecho nuevecito y sin estrenar. Porque lo que pase en el futuro tendrá las boronas de lo que sucedió en tiempo átras. Lo que nos deja en la conclusión de que definitivamente el pasado que no es para nada pisado.
Admito que yo también aún hoy sigo intentando olvidar las imágenes más dolorosas de mi existencia y de ese gran amor.
Esas de las que uno se lamenta día a día y se pregunta: ¿Porque tuve que haber hecho o visto algo que no me convenía? En ese momento, en ese instante, deberíamos de tener el orgullo que tuvimos para tomar lo que no debíamos y sabíamos de antemano que nos costaría y no decir: “Fue mi decisión y sé que probablemente me persiga toda la vida, jamás lo olvidare, me pesara. Siempre.” Sí no, decirnos cosas como: “Ni modo miamigomaifrien la cagaste de nuevo. Solo que a la siguiente cagala a tu favor. Ahí te encargo.”
Después escribir lo que pensamos sobre lo mismo, romper la hoja en tiritas, tirar los pedacitos al fuego, girar alrededor del mismo y hacer la danza de “La felicidad regreso.” Y eso solo para gozar de ese momento, de ese instante en que por un momento podemos ver como el pasado arde lentamente.
Si… Eso me alivia me alivia. Aunque irónicamente les debería decir que muchas veces guardamos tanto lo que sentimos, tratamos de esconder tanto tiempo nuestros errores, de no llorar; tantas veces vivimos enojados tanto tiempo que nuestro enojo se vuelve rabia, que ni una fogata enorme llegaría a quemar toda la angustia condensada que llevamos en el alma.
Y los más chistoso es cuando sin dejar ir lo que no funciona tenemos la comiquísima idea de salir adelante. Decimos frases como “Lo lograré, esta vez si, cueste lo que cueste”
Pero mis amores, les tengo una mala noticia. Esas cosas, esos dolores: No dejan avanzar tan fácilmente, pero si jamás las hacen a un lado de sus viditas interferirán constantemente en la misma. Y cada vez que estén desprevenidos y piensen que todo ésta bien y todo ésta marchando a la perfección, les volverá a arruinar el día.
Así que, sí… El futuro es ya. Es ahora. El futuro es dejar lo que no nos sirve, lo que no nos sirvió y que (por favor, entiendan de una buena vez) no nos servirá.
El futuro es dejar de aferrarnos a algo. Dejar cambiar la frase “Sé que un día te dije que no estaría mas para ti. Pero sigo aquí, esperándote.” Por un: “¿Que? ¿Me extrañas? Órale… ¡Pero, si querías largarte! Ó ¿No, perro.?
De dejar el recuerdo triste o doloroso que nos puede evocar un libro, un cuaderno. De convertirlos en solo objetos si no trabajan a nuestro favor. De avanzar.
Siempre hacia adelante.
*En esta parte ustedes sienten un baldazo de agua fría, les cae el veinte… O cualquiera de esas frases coloquiales que dan a entender que ya captaron, o que de menos por el momento ya no andarán de llorones. Sí, eso.*
:O este es tu blog ?
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