domingo, 29 de enero de 2012
domingo, 22 de enero de 2012
Recuerda este día, porque es el último que te amo.
“Me urgía conocerte para escribir esa canción que me rompiera el corazón.”
Hoy desperté, después de no dormir por estar cantando para ti en la distancia, con la firme convicción de no recordarte, de no hablarte, de ignorarte, de no pensar en ti y de olvidarte. Así, me di cuenta que el recuerdo no se desgasta con el uso, al contrario, se vuelve más permanente. Y querer olvidar a alguien es suplicar por recordarle para siempre. Entonces me decidí a no pensar mucho en borrarte, comencé mi día, abrí los ojos y cerré el corazón para no llorar. Sí, otro intento fallido pues encontré una canción que no sé cuando escribí, desde otro cuerpo, con otra mente, con el corazón lleno de otro alguien, siendo otra persona que no soy.
Y esa canción habla de ti y de mí.
Llevo tres horas escuchándome cantar la misma letra, la misma melodía, la misma voz y no me he cansado.
Llevo dos meses esperando a que regreses y tampoco me he cansado.
Y esta batalla interminable que libro contra mi misma lleva tus defectos y tu amor de por medio. Y es que estoy amando a alguien que se quedo sin decir adiós.
Como no estas aquí para calmar mis ansias; tienes que saber que sigo escribiendo la misma canción, cantando con la misma letra, la misma melodía, la misma voz, sólo quería que lo supieras. Y no, yo no sabía que esta canción que hablaría de los dos.
¿Para qué te fuiste si te ibas a quedar? Mis canciones están descompuestas, todas suenan a tristeza; mis manos no paran escribir tu nombre y de borrarlo incansablemente para tratar de comprender que estas lejos. He caminado tanto con tu ausencia que ya me he aprendido a vivir con ella, ya me calza. He caminado tanto que ya me duele la mente de tantas veces que he recorrido imaginariamente tu espalda con mis dedos después de hacerte el amor... Después tengo miedo de dormir en mi cama y despertar en tu ausencia, porque desde que amanezco y miro tu ausencia a mi lado he aprendido el verdadero significado de la palabra “distancia”. Trato de cantar, pero la voz se me quiebra y se hace pedazos. Siento la garganta tan hecha nudos que se me enredan en los ojos y termino por llorar. Y lloro. Y nada. Hoy solo pasa que ya no quiero llorar. Pero entonces me muerdo los labios porque recuerdo cuando tú lo hacías por mí y por mi distancia. Recuerdo cuando escuchaste por primera vez mis miedos y así me abrazaste. Recuerdo y todo vuelve a comenzar.
Y el problema es que te quiero. Y te quiero tanto que ya me da miedo decírtelo y que te espantes ante la idea de ser amado y huyas, como ya lo has hecho. Me da miedo decirlo y que te asustes y saltes por la ventana o tomes arsénico. Te quiero tanto que prefiero fingir que todo está bien, que te amo, pero poquito así, casi nada. Te quiero y me da miedo darme cuenta de que tú no a mí ya no y entonces ser yo la que tenga que saltar por la ventana porque simplemente no tendré el valor de huir. Te quiero en silencio, en tu cama sin que lo sepas, en tus besos sin que lo notes, en la distancia sin que lo sientas.
Te quiero porque gracias a ti empecé a razonar que pensar a futuro es como sentirte satisfecho cuando aún no has comido, como pensarte ebrio sin haber bebido, como planear tu funeral en vida o intentar volar sin alas.
Te quiero porque hasta ahora has sido real, el más tangible y el más lejano. El que me hace sentir segura, libre, llena de todo y sin embargo me mantienes en una muy estúpida incertidumbre. Doloroso, pero real.
Te quiero porque hasta ahora has sido real, el más tangible y el más lejano. El que me hace sentir segura, libre, llena de todo y sin embargo me mantienes en una muy estúpida incertidumbre. Doloroso, pero real.
Te quiero y no quiero escuchar tu respuesta porque ya sé cuál es. Soy tan cobarde que si ya no te digo que te quiero, es para no pensar en qué me responderás, para no tener que marcharme, para no verte partir.
Ya me urgía conocerte para que esta canción que me rompiera el corazón.
lunes, 16 de enero de 2012
La historia jamás contada de la caminata bajo la lluvia
"Existe una frontera que hace sombra a un par de amantes, que con unas simples letras tratan de romper el hechizo de una sutil distancia…"
Si tuviera que narrar una historia, comenzaría por describir la noche lluviosa en que él descubrió su mirada y decidió tomar la mano de ella y caminar por la calle, bajo la luz de la luna llena que alumbraba sin recato toda la calle, protegiendo a ese joven y a su amante de la oscuridad y que provocaba que las gotas que caían lucieran como chispas de fuego que se apagaban al golpearse contra el suelo.
Si tuviera que contar esa noche en que él la beso, también mencionaría el maullido de un gato que salió corriendo al verlos .
Contaría como ella se asusto y se oculto entre sus brazos. También les diría que el la abrazo y giro la cabeza a todos lados procurando que nada más la asustara, que siguieron caminando lentamente bajo la lluvia, reproduciendo en su mente esa melodía que escuchan sólo los que se aman, que da ritmo a los pasos y a la respiración, que colorea el aire y se lleva los temores. Les contaría de esa promesa que recita que el primer baile es para amar y la última canción habla de un amor que va más allá de cualquier tiempo. Les relataría de ese primer baile que tuvieron, y del mal presentimiento él que tuvo en su pecho. La felicidad da miedo.
Pero no. No tengo que ninguna historia para narrar, ya que a uno de ellos le falto valor para soltar sus miedos y tomar su mano. Como no soltó su miedo no tomo su mano, y justamente así empieza esta historia. Así que ustedes no sabrán nunca nada de esos amantes, pues no caminaron bajo la lluvia.
sábado, 14 de enero de 2012
Nada.
Guarde los silencios que un día nos hirieron y entre ellos oculte todos los "nada" en los que siempre mal guardamos nuestros sentimientos. Ven a buscarlos el día que quieras saber lo que sientes y lo que te siento.
Ven a buscarlos cuando te sientas libre, cuando el miedo no sea tu miedo.
Ven a buscarlos cuando quieras tomar nuestros sueños y no romperlos, cuando comprendas que los castillos de arena que he construido para nosotros no son velas, cuando entiendas que no debes de soplarles con fuerza.
Aquí donde nadie observa cuando nos ámamos, aquí donde nadie nos mira escondí un trocito de "Todo lo que te quiero", para un día inventar secretos.
Alli en la nada, esta mi mano, esta nuestra historia.
Ven a buscarlos cuando te sientas libre, cuando el miedo no sea tu miedo.
Ven a buscarlos cuando quieras tomar nuestros sueños y no romperlos, cuando comprendas que los castillos de arena que he construido para nosotros no son velas, cuando entiendas que no debes de soplarles con fuerza.
Aquí donde nadie observa cuando nos ámamos, aquí donde nadie nos mira escondí un trocito de "Todo lo que te quiero", para un día inventar secretos.
Alli en la nada, esta mi mano, esta nuestra historia.
sábado, 7 de enero de 2012
Biografía de un amor sin tiempo.
“Hay dos desgracias para el ser humano: No tener al ser amado o tenerlo y no poder amarle.”
Te veo, ¿Estás? Vienes. ¿Te quedarás? Estas un día si y otro no, es parte de tu manera de ser, lo sé. Vienes me besas, dices “Te amo” y te vas.
Vienes luego, pero ausente de ti, me besas la sonrisa pero tus labios están vacíos, me tocas en la distancia, me miras lleno de falta y te vas. Me dejas aquí, luchando contra tus ojos tan distantes que sin querer me amenazan, con tu mirada que atormenta, y luego con tu sonrisa que no me pertenece. Te abrazo con las piernas porque no quiero que te vayas. Te pido que trates de romper esas cadenas, mientras respiro tus risas y ahogo el llanto para no gritar. Te conozco tan bien, que sé que pronto te vas a marchar y no puedo hacer nada, y trato de lograr que no te vayas aunque no quiero intentar.
Estás, pero no presente, te siento, te veo, te escucho, te quiero, mas no te tengo y cuando te tengo te me vas.
¿Qué hago contigo? ¿Te dejo ir? ¿Me alejo (¿más?) en silencio? ¿Me quedo en suspenso esperando a que reacciones o me dejes, lo que pase primero? ¡Dime qué!
Si te vas no quiero que te quedes… Llévate contigo el recuerdo, los besos, los brazos, las risas, los llantos, los versos y a ti, y luego ¡no llegues a mi vida nunca más! Si te vas a ir vete desde antes de llegar, porque si no lo haces, no sé cómo dejarte de amar, y más que dejar, no se como resistirme a tus besos. Y a esos también llévatelos porque no los quiero aquí, haciéndome sufrir.
Si te quedas no quiero que te vayas. ¡No llegues si te vas a largar!
Te amo y parece no ser suficiente. Me escapo de mí misma, es que ¡has hecho tanto por mí!, contigo te llevaste todos mis “Yo nunca haría eso”, mis miedos, mis” ¿Yo, amar? ¡Qué va!”.
Me quedo, dibujando aquellos días en los que éramos lo que hoy extraño, en los que podíamos soñar despiertos lo que ahora se esconde entre suplicios y pretextos…
Puedes marcharte, pero mis ojos cerrados se quedan llenos de tu risa, prefiero que tú ausencia llene mis ojos a que lo hagan las lágrimas y luego salgan por un sitio desocupado.
Puedes marcharte, porque el miedo ya nos ha ganado.
jueves, 5 de enero de 2012
Mucho gusto, eres el amor de mi vida.
“Tal vez hoy no me quieras mucho. Tal vez eso pase en otra vida en la que ambos seamos gatos."
Un día llegaste, con los ojos llenos de inocencia, las manos ardiendo en urgencia, los besos robados y tu sonrisa puesta. Tu que sonrisa se amolda naturalmente entre mis besos, tus miraditas, y tus greñitas despeinadas. Tus letras que encajaban perfecto en toda mi existencia, tu mirada me dejaba ver todo lo que no encuentro, tus manos encajaban perfecto en toda mi existencia y tu presencia que me detiene el tiempo. ¡Felicidades, me dejas sin aliento!
Llegaste metiéndote a mi cama, para quedarte en sueños y volverte parte de mi suelo. Llegaste y me abrazaste hasta los miedos, me rompiste la costumbre. Llegaste entre la sorpresa de que me buscaras rompiendo con cualquier expectativa, y en más besos que se volvieron tiempo, tiempo, que se escondió entre sábanas y sonrisas, lágrimas porque no estabas aquí y otra vez risas cuando volvías a aparecer dentro de algún pretexto.
Llegaste diciendo un “Hola” seguido por un baile extraño que terminó en besos, que se volvieron noche, después madrugada y regreso a mi casa. A mi cama sin ti.
Te trato como el amor de mi vida por que todos lo son, solo que en momentos diferentes. Así que: Hola. ¿Cómo estás? Mucho gusto, eres el amor de mi vida, al menos por ahora.
Bienvenido a mi vida, ahora eres el motivo de todos y cada uno de mis versos. Te enseñare a dormir viviendo nuestros sueños, tendrás que escuchar mis miedos y aunque no lo quieras, habitar en mí. Aunque sé que tarde o temprano te vas a ir; esos ojos traviesos te delatan: te asustaras ante la idea de mi persona precipitada, inconstante, impulsiva y espontanea. Así que también te digo: Mucho gusto, quieras o no, tú vas a romperme el corazón.
Mucho gusto, te informo que estarás en los días que se volverán sonrisas pensándote, y que se harán enojo al notar que no tengo ni un día de conocerte y seguramente te perderé por no saber frenar mis instintos de besar a quien me gusta. ¡Y es que tú me gustas tanto!
Mucho gusto, tienes que saber que esta batalla siempre llevará tu nombre que dentro de poco voy a odiar porque me enseñara que la persona que busco sí existe y no sé si va a quedar conmigo. Que odiaré por la incertidumbre de esas veces que te ausentaras y yo sentiré que te marchas cuando ni has dicho adiós.
Mucho gusto, no se cuanto tiempo soportare ver que te alejas, el ver que no logras comprender tanto amor. No sé cuanto podré esperar a darme cuenta de que si me quedo esperaré toda mi vida por algo que tal vez nunca va a suceder.
Mucho gusto, te diré. Te amo, pero no puedo esperar a que aprendas a estar en mis días.
Tú eres libre de permanecer en esta historia el tiempo que te plazca. Tú y yo como personas somos dos historias tan bien escritas que estamos escribiendo con cada oración, cada beso y cada mirada una historia nueva, pero aunque es el libro de nuestro amor, no puedes arrancarle hojas cada que te plazca. También debes saber que no voy a morir ante tu ausencia, no te debo, no me debes nada. Serás la mejor historia de mi vida; pero no quiero que ese “hola”, tan tímido y frágil, ese “hola” con tono al amor de esta parte de mi vida se convierta en años de espera. No es que no quiera, sino que no puedo.
Hola. ¿Cómo estás? Mucho gusto, eras el amor de mi vida.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)