sábado, 7 de enero de 2012

Biografía de un amor sin tiempo.

“Hay dos desgracias para el ser humano: No tener al ser amado o tenerlo y no poder amarle.”

Te veo, ¿Estás?  Vienes. ¿Te quedarás?  Estas un día si y otro no, es parte de tu manera de ser, lo sé. Vienes me besas, dices “Te amo” y te vas.

Vienes luego, pero ausente de ti, me besas la sonrisa pero tus labios están vacíos, me tocas en la distancia,  me miras lleno de falta y te vas. Me dejas aquí,  luchando contra tus ojos tan distantes que sin querer me amenazan, con  tu mirada que atormenta, y luego con tu sonrisa que no me pertenece. Te abrazo con las piernas porque no quiero que te vayas. Te pido que trates de romper esas cadenas, mientras respiro tus risas y ahogo el llanto para no gritar. Te conozco tan bien, que sé que pronto te vas a marchar y no puedo hacer nada, y trato de lograr que no te vayas aunque no quiero intentar. 

Estás, pero no presente, te siento, te veo, te escucho, te quiero, mas no te tengo y cuando te tengo te me vas.
¿Qué hago contigo? ¿Te dejo ir? ¿Me alejo (¿más?) en silencio? ¿Me quedo en suspenso esperando a que reacciones o me dejes, lo que pase primero? ¡Dime qué!

Si te vas no quiero que te quedes… Llévate contigo el recuerdo, los besos, los brazos, las risas, los llantos, los versos y a ti, y luego ¡no llegues a mi vida nunca más! Si te vas a ir vete desde antes de llegar, porque si no lo haces, no sé cómo dejarte de amar, y más que dejar, no se como resistirme a tus besos. Y a esos también llévatelos  porque no los quiero aquí, haciéndome sufrir.

Si te quedas no quiero que te vayas. ¡No llegues si te vas a largar!

Te amo y parece no ser suficiente. Me escapo de mí misma, es que ¡has hecho tanto por mí!, contigo te llevaste todos mis “Yo nunca haría eso”, mis miedos, mis” ¿Yo, amar? ¡Qué va!”.

Me quedo, dibujando aquellos días en los que éramos lo que hoy extraño, en los que podíamos soñar despiertos lo que ahora se esconde entre suplicios y pretextos…

Puedes marcharte, pero mis ojos cerrados se quedan llenos de tu risa, prefiero que tú ausencia llene mis ojos a que lo hagan  las lágrimas y luego salgan por un sitio desocupado.

Puedes marcharte, porque el miedo ya nos ha ganado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario