jueves, 5 de enero de 2012

Mucho gusto, eres el amor de mi vida.

“Tal vez hoy no me quieras mucho. Tal vez eso pase en otra vida en la que ambos seamos gatos."

Un día llegaste, con los ojos llenos de inocencia, las manos ardiendo en urgencia, los besos robados y tu sonrisa puesta.  Tu que sonrisa se amolda naturalmente entre mis besos, tus miraditas, y tus greñitas despeinadas. Tus letras que encajaban perfecto en toda mi existencia, tu mirada me dejaba ver todo lo que  no encuentro, tus manos encajaban perfecto en toda mi existencia y tu presencia que me detiene el tiempo. ¡Felicidades, me dejas sin aliento!

Llegaste metiéndote a mi cama, para quedarte en  sueños y volverte parte de mi suelo. Llegaste y me abrazaste hasta los miedos, me rompiste la costumbre. Llegaste entre la sorpresa de que me buscaras rompiendo con cualquier expectativa, y en más besos que se volvieron tiempo,  tiempo, que se escondió entre sábanas y sonrisas, lágrimas porque no estabas aquí  y otra vez risas cuando volvías a aparecer dentro de algún pretexto. 

Llegaste diciendo un “Hola” seguido por un baile extraño que terminó en besos, que se volvieron noche, después madrugada y regreso a mi casa. A mi cama sin ti.

Te trato como el amor de mi vida por que todos lo son, solo que en momentos diferentes. Así que: Hola. ¿Cómo estás? Mucho gusto, eres el amor de mi vida, al menos por ahora.

Bienvenido a mi vida, ahora eres el motivo de todos y cada uno de mis versos. Te enseñare a dormir viviendo nuestros sueños, tendrás que escuchar mis miedos y aunque no lo quieras, habitar en mí. Aunque sé que tarde o temprano te vas a ir; esos ojos traviesos te delatan: te asustaras ante la idea de mi persona precipitada, inconstante, impulsiva y espontanea. Así que también te digo: Mucho gusto, quieras o no, tú vas a romperme el corazón.

Mucho gusto, te informo que estarás en los días que se volverán sonrisas pensándote, y que se harán enojo al notar que no tengo ni un día de conocerte  y seguramente te perderé por no saber frenar mis instintos de besar a quien me gusta. ¡Y es que tú me gustas tanto!

Mucho gusto, tienes que saber que esta batalla siempre llevará  tu nombre que dentro de poco voy a odiar porque me enseñara que la persona que busco sí existe y no sé si va  a quedar conmigo. Que odiaré por la incertidumbre de esas veces que te ausentaras y yo sentiré que te marchas  cuando ni has dicho adiós.
Mucho gusto, no se cuanto tiempo soportare  ver que te alejas, el ver que no logras comprender tanto amor. No sé cuanto podré esperar a darme cuenta de que si me quedo esperaré toda mi vida por algo que tal vez nunca  va  a suceder.

Mucho gusto, te diré. Te amo, pero no puedo esperar a que aprendas a estar en mis días.


Tú eres libre de permanecer en esta historia el tiempo que te plazca. Tú y yo como personas somos dos historias tan bien escritas que  estamos escribiendo con cada oración, cada beso y cada mirada una historia nueva, pero aunque es el libro de nuestro amor, no puedes arrancarle hojas cada que te plazca. También debes saber que no voy a morir ante tu ausencia, no te debo, no me debes nada.  Serás la mejor historia de mi vida; pero no quiero que ese “hola”, tan tímido y frágil, ese “hola” con tono al amor de esta parte de mi vida se convierta en años de espera. No es que no quiera, sino que no puedo.

Hola. ¿Cómo estás? Mucho gusto, eras el amor de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario