"Existe una frontera que hace sombra a un par de amantes, que con unas simples letras tratan de romper el hechizo de una sutil distancia…"
Si tuviera que narrar una historia, comenzaría por describir la noche lluviosa en que él descubrió su mirada y decidió tomar la mano de ella y caminar por la calle, bajo la luz de la luna llena que alumbraba sin recato toda la calle, protegiendo a ese joven y a su amante de la oscuridad y que provocaba que las gotas que caían lucieran como chispas de fuego que se apagaban al golpearse contra el suelo.
Si tuviera que contar esa noche en que él la beso, también mencionaría el maullido de un gato que salió corriendo al verlos .
Contaría como ella se asusto y se oculto entre sus brazos. También les diría que el la abrazo y giro la cabeza a todos lados procurando que nada más la asustara, que siguieron caminando lentamente bajo la lluvia, reproduciendo en su mente esa melodía que escuchan sólo los que se aman, que da ritmo a los pasos y a la respiración, que colorea el aire y se lleva los temores. Les contaría de esa promesa que recita que el primer baile es para amar y la última canción habla de un amor que va más allá de cualquier tiempo. Les relataría de ese primer baile que tuvieron, y del mal presentimiento él que tuvo en su pecho. La felicidad da miedo.
Pero no. No tengo que ninguna historia para narrar, ya que a uno de ellos le falto valor para soltar sus miedos y tomar su mano. Como no soltó su miedo no tomo su mano, y justamente así empieza esta historia. Así que ustedes no sabrán nunca nada de esos amantes, pues no caminaron bajo la lluvia.
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